La maldad, la estupidez, el virus y la Patria

24/05/2020
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PALABRAS CLAVES

Por Daniela Bambill*

Los argentinos estamos acostumbrados a celebrar y enorgullecernos de nuestra capacidad de 鈥渄estacar鈥 en diversos 谩mbitos, nos encanta saber que tenemos todos los climas en la geograf铆a, que el r铆o m谩s ancho del mundo nos pertenece, que el mejor jugador de todos los tiempos es argentino, que tenemos 5 premios nobeles y hasta un Papa, que inventamos el dulce m谩s sabroso y as铆 seguir铆amos horas y horas sumando orgullos.

驴Podr铆amos sumar a la lista de exclusividades vern谩culas tener el consumo m谩s voraz de estupidez editorializada del mundo? Es probable. Pero la idiotizaci贸n de la poblaci贸n no es exclusiva de nuestro rinc贸n en el planeta, enti茅ndase que idiota no constituye un insulto en esta reflexi贸n sino una condici贸n dentro de la Polis: aquel que no se preocupa de la cosa p煤blica.

Una suerte de alineaci贸n masiva se puso en marcha a mediados del Siglo XX en todo el mundo, el capitalismo necesita consumo y el consumo debe ser acr铆tico, el consumo acr铆tico de bienes servicios es el alimento de sistema y la garant铆a de continuidad se pone en marcha a partir del consumo acr铆tico de ideas prefabricadas inoculadas como dogmas.

Con la aparici贸n del virus que puso en discusi贸n todo lo conocido el sistema que ya hab铆a mutado en capitalismo financiero especulativo a finales del siglo XX y profundizado en las dos primeras d茅cadas del siglo XXI su capacidad de concentraci贸n dejando ciento de millones de personas por fuera de sus reglas conden谩ndolos a la marginalidad en una suerte de 鈥減resente perpetuo鈥 donde el futuro no es una esperanza ni el pasado un anclaje porque solo les queda tiempo para sobrevivir.

Los anticuerpos para combatir el virus, naturales o producto de las investigaciones m茅dicas, no se producen con la velocidad de los anticuerpos que genera el sistema frente a la otra pandemia: el despertar de los Pueblos frente a la desigualdad naturalizada. Estos anticuerpos del sistema encuentran su cauce de propagaci贸n en la herramienta que les fue eficazmente 煤til para mantener el orden mundial: los medios de comunicaci贸n.

Bajo la vieja utop铆a de la libertad de expresi贸n, los sicarios del establishment disparan una tras otra sus balas construidas de sentido com煤n con la punta hueca rellena de odio, Argentina no es la excepci贸n en ese territorio sin tierra en disputa.

En ese territorio la libertad de expresi贸n no existe, es un privilegio de clase al cual la mayor铆a de los mortales no accedemos. El dogma no se puede discutir y quien ose discernir frente a la raz贸n impuesta a fuerza de clich茅s y frases repetidas hasta el hast铆o es atacado con la misma ferocidad con que se impone ese dogma. Aqu铆 no hay privilegios; mandatarios, ciudadanos, marginados todos deben aceptar el dogma sagrado.

Los anticuerpos del sistema, en la Argentina, encuentran su v铆a de propagaci贸n en mediocres comunicadores de mediocres ideas, casu铆stica incomprobable, experiencias personales te帽idas de indignaci贸n histri贸nica y c铆nica y el anclaje principal en la eterna antinomia que cruza transversalmente nuestra historia y sociedad, negar esa antinomia que fue mutando el nombre seg煤n el acontecer de hitos hist贸ricos es desconocer una caracter铆stica constitutiva de nuestra idiosincrasia.

La representatividad pol铆tica se ha dividido en dos grandes grupos, independientemente de razones partidarias o de pol铆ticas p煤blicas concretas: hay una representatividad mayoritaria y con matices diversos de la parte de la ciudadan铆a que no se resigna a la marginalidad del presente y busca en la historia el punto de partida y el futuro el punto de llegada a sabiendas que el camino recorrido y a recorrer se realiza en colectivo. Por otro lado, un sector radicalizado de la sociedad que encuentra en la negaci贸n del pasado y el futuro concentrando en la ef铆mera idea del placer inmediato del presente su raz贸n de supervivencia individual y mezquino.

En esa minor铆a 铆nfima encuentra el establishment mundial su base de acci贸n b茅lica y es desde all铆 que el sistema opera cooptando voluntades l谩biles manipulables con las balas del odio y el sentido com煤n de su brazo armado鈥 Los medios de comunicaci贸n.

En este contexto de volatilidad constante, el humor social es la clave y el manejo de este exclusivo de los operadores elegidos ungidos en dirigentes pol铆ticos o 鈥渞eferentes鈥 culturales de 鈥渄udosa cultura鈥 pero efectiva acci贸n alienante.

Los argentinos solemos gozar de la sensaci贸n de destacar y en este juego la maldad de la alienante y la estupidez de los alienados no son la excepci贸n a la regla: a mayor maldad, mayor estupidez y como resultado gobiernos neoliberales u oposiciones a gobiernos populares violentas en t茅rminos simb贸licos y concretos.

En tiempos de peste, las miserias brillan como faro de la muerte en la oscuridad de la incertidumbre y el miedo de la humanidad.

Jugar con la muerte no tiene costo para los poderosos, la vida de los ciudadanos es simplemente una p茅rdida prevista y calculada en el balance anual. Ellos jam谩s pierden, jam谩s empatan y parece que no est谩n dispuestos a hacerlo ni siquiera frente al cambio de paradigma que se avizora mundialmente.

La miseria, la maldad y la estupidez de los argentinos serviles a intereses que ni siquiera los representan parece ser una cucarda m谩s en la lista de destaques.

En v铆speras de un nuevo aniversario de la Revoluci贸n de Mayo ser铆a un buen ejercicio ciudadano preguntarnos si nuestros h茅roes sufr铆an angustias editorializadas y consum铆an dogmas sagrados o eligieron el 煤nico camino posible hacia la libertad que no es otro que apostar al futuro colectivo e inclusivo donde las desigualdades y la sumisi贸n del Pueblo constituyen las cadenas a romper.

Tal vez tengamos una posibilidad de destacar nuevamente los argentinos, construyendo una Patria como la que so帽aron all谩 por Mayo de 1810 los que se animaron a romper lo establecido.

Tal vez podamos comprender de una vez que no hay poder esclavizante, por m谩s grande que sea, que resista la unidad de concepci贸n y la unidad de acci贸n que moviliza la b煤squeda de la felicidad del Pueblo

Tal vez el virus encuentre un freno, la maldad y la estupidez sean quienes queden fuera de los m谩rgenes y podamos decir, ahora s铆 con orgullo genuino: Se levanta a la faz de la tierra una nueva y gloriosa Naci贸n.

*Presidenta del Instituto Independencia.

*Twitter: @DanielaBambill